Dedicado
a rosa una gran compañera de viaje pero sobretodo una maravillosa persona.
El
martes día tres nos levantamos todavía asustados por la noche movidita que
habíamos tenido. Recogimos nuestras cosas y fuimos a desayunar a nuestra
cafetería habitual de Pakse. Allí nos encontramos con Luis y Dani que ya
estaban desayunando. Así que nos sentamos todos juntos y nos relatamos las
noches dispares de cada uno, por un lado nosotros con nuestro intento de
asesinato por parte de una escolopendra y por su parte la odisea para llegar a
la discoteca local con soborno policial incluido.
Ya
con los estómagos llenos y las pilas cargadas nos fuimos cada uno a recoger
nuestras mochilas y a montarnos en el mini-van para ir a la frontera con
Tailandia. Cuando llegamos al paso fronterizo de Vang Tao (Laos) bajamos de la
furgoneta y nos encaminamos a la oficina de inmigración. Como el cruce de la
frontera era en dirección a Tailandia el trámite fue muy sencillo. Primero la
oficina de inmigración de Laos para sellar la salida y luego caminar por un túnel
hasta el lado de la frontera tailandesa para sellar la entrada que, al llegar
al país por tierra, es de sólo 15 días.
Una
vez que llegamos a la parte de Chong Mek (Tailandia) nos despedimos de Luis y
Dani que viajarían en tren, mientras que nosotros nos acercamos a la estación
de autobuses cercana para esperar a nuestro autobús que saldría a las seis
hacia Bangkok. La zona del paso fronterizo tailandesa de Chong Mek es como un
enorme mercado para así que uno puede entretener su espera rondando entre las
diferentes tiendas con todo tipo de artículos o sentarse a comer en uno de los
muchos puestecillos callejeros.
Llegada
la hora nos montamos en el autobús y nos dispusimos a aguantar 8h de viaje
nocturno como campeones hasta que llegamos a Bangkok sobre las cinco de la
mañana a la estación de autobuses norte de Mochit 2. Como todavía era de noche
y el metro no lo abrían hasta las seis decidimos sentarnos a tomar un café en
la estación. Ya con los primeros rayos de luz cargamos con las mochilas y nos
encaminamos hacia el apartamento de mi amiga Nate en la zona de Sukhunvit.
Llegamos
sobre las ocho de la mañana a casa y,
como era el último día del viaje de Rosa, decidimos que había que aprovecharlo.
Así que después de pegarnos una ducha para quitarnos la modorra del viaje, nos
fuimos a dar un paseo por Bangkok. Cogimos un bote y fuimos a la zona de
banglamphu y el barrio chino. Ya a media tarde volvimos a casa para arreglarnos
e ir al Baiyoke sky Hotel donde esta vez Rosa me invitó a cenar por ser el
último día.
A la
mañana siguiente decidimos que era mejor quedarse por la zona del apartamento
ya que era más fácil llegar desde allí al aeropuerto que desde otra zona de
Bangkok. Así que nos pasamos la mañana en la piscina del apartamento y luego
después de comer nos acercamos al parque de Benjakiti para dar una vuelta y
disfrutar del skyline de Bangkok.
Cuando
las luces de los rascacielos iluminaban la noche de Bangkok tocaba acercarse al
aeropuerto para despedirse, no sin antes prometer volvernos a encontrar en
España o en cualquier otra parte del mundo.
Muchas
gracias Rosa por este mes de viaje juntos, por tu alegría y por tu paciencia.
Nos
vemos en la próxima.
Me alegro muchísimo de que vuestro mes juntos haya sido tan fantástico. El nuestro también lo fue. Espero que esa promesa de reencuentro se cumpla, y que con suerte también nos podamos ver todos algún día. Besazo!
ResponderEliminarFue un placer conocerte y coincidir contigo en Bangkok. Yo cumplo mi palabra así que espero verte de nuevo en España o en cualquier otra parte del mundo.
EliminarNos mantenemos en contacto ;-)