Todas las fotos de este post
son nuevamente 100% mías porque ya he arreglado mi móvil.
Ayer llegué a Vigan después
de 4 ó 5 horas de autobús. Lo primero fue buscar hotel, algo relativamente
fácil porque ya tenía localizado uno bastante barato por los blogs y la lonely
planet. Dejé la mochila y me fui a patear la ciudad. El calor era sofocante
pero como sólo iba a estar dos días en esta ciudad quería sacarle todo su jugo.
Como Vigan es una ciudad
importante decidí buscar un sitio donde poder recuperar mi móvil perdido en el retrete.
Hubo suerte y en una pequeña tienda local conseguí que me lo repararan así que
ya puedo hacer mis propias fotos y videos. Yuhuuu
Con la alegría de tener mi
propia fuente de captación de imágenes me dirigí al entro de la ciudad, donde
está la catedral, en la plaza de burgos para comer las famosas empanadas y yokos que son como grandes tortas de camarones…que
grande, estar en el otro lado del mundo literalmente y estar comiendo un plato
típico de Cádiz.
Por la tarde noche volví a
recorrer las callejuelas con las luces y menos gente que siempre le da más
encanto y a la camita temprano que al día siguiente quería ir a ver la iglesia
de Santa María también patrimonio de la humanidad.
Hoy me han despertado las
campanadas y primeros rezos de domingo de ramos. Resulta que como en Filipinas
son tan religiosos cuando llega la semana santa se lo toman tan enserio como
los musulmanes y pregonan los rezos de la catedral con altavoces a todo
volumen. Y claro mi hotel no es que tuviera las mejores ventanas aislantes.
Pero como a quien madruga
Dios le ayuda me he levantado tempranito, una ducha y directo a por la iglesia
de Santa María. Es un trayecto sencillito en autobús que puedes coger en la
carretera principal que va hacia Baguio. Cualquier autobús que vaya en
dirección sur te puede llevar. Una vez más puedo decir que la catedral ha sido
una pequeña decepción, pero por otro lado ha sido muy interesante llegar en
medio del servicio de semana santa y ver como todos agitaban sus hojas de palma
mientras rezaban.
Luego me he vuelto a Vigan a
darme otro atracón de empanada y yoko antes de sentarme tranquilamente en este
café la mar de coqueto para escribir esta crónica.
Y por la noche un poquito de procesión de semana santa antes de marchar a Manila
"Cagon la leche", que me conecto al Blog para leer algo exótico en medio de una Murcia (en donde estoy currando) sitiada por las procesiones y me trago una de tu viajecito.
ResponderEliminarjeje es lo que tiene Dios que est'a en todas partes ;)
EliminarHolaaa!! qué alegría verte y oirte!! qué bien que te lo estás pasando, qué envidia!. No dejes de contarnos tus aventuras. Espero ansiosa la siguiente entrega. Besos
ResponderEliminarMe alegra ver que te llegara el sms y que sigas el blog. Un beso fuerte
EliminarAnimo Primo, veo que te lo estas pasando genial. Y que envidia niño, mucha suerte, y se te echa de menos
ResponderEliminarPermítame corregirle, no se llama "yoko" sino okoy (en ilocano, el idioma que se habla en Vigan) o ukoy en las provincias de habla tagalog. Se elabora con papaya verde rallada (o camote/batata rallado) y camarones. Se sirve acompañado de una vinagreta de ajo, echalotes y chile.
ResponderEliminar(P.D. Mi padre vino de un pueblo a unos 20 kms de Vigan)
Gracias por leerme y por tu corrección JPS
EliminarOkoy las mismas letras pero diferente posición :) y gracias por la receta, es una maravilla de plato