Dedicado a Raúl y su mujer
Ally porque la buena amistad no sabe de distancias ni fronteras.
Nada
más llegar a Kuta Lombok me sentí como en casa y es que este pequeño pueblo en el sur de la isla de Lombok es, a día de hoy y hasta que el turismo se lo cargue, el mejor lugar para pasar unos días tranquilo disfrutando de playas paradisíacas, buena comida y paisajes increíbles.
Lo primero fue encontrar una
buena guest house así que me recorrí el centro del pueblo donde estaban las
mejores y más baratas opciones y, después de mirar unas cuantas opciones, me
decidí por Dewy home stay que está situada en el centro del pueblo cerca de los
restaurantes y cafeterías, (habitación simple pero limpia, ventilador, baño,
cama de matrimonio con una pequeña terraza, desayuno incluido 90.000IDS),
además por estar alojado me alquilaron una moto por buen precio.
Una
vez que estuve asentado agarré la moto y dediqué la tarde a recorrer las playas
de la isla que son algo increíble, no obstante después de estar todo el día
viajando el cansancio hizo mella pronto y decidí recogerme pronto para al día
siguiente estar fresco para cuando llegaran mi amigo Raúl y Ally.
Al
día siguiente me levanté temprano y después de desayunar mi café con tortitas
me monté en mi motillo y me fui a buscar a mis amigos con los que pasé el resto
de la semana recorriendo la isla, relajándonos en sus playitas desiertas, disfrutando
de la cocina indonesia en los restaurantes locales, para lo que Ally nos sirvió
de mucha ayuda ya que es indonesia y sabía describirnos los platos y al mismo
tiempo hablar con los camareros en su propio idioma.
La
verdad es que fueron cuatro días estupendos, hacía mucho tiempo que no veía a
Raúl ya que, por cuestiones de trabajo, hacía tiempo que vivía fuera de España
y era muy difícil coincidir con él. No obstante tuvimos tiempo de ponernos al
día de nuestras vidas, reírnos juntos de los mismos chistes tontos que sólo
nosotros entendíamos (pobre Ally no se
enteraba de nada) y de emocionarnos al recordar historietas pasadas que al
fin y al cabo es de eso de lo que se alimentas las buenas amistades.
Y es
que, cuando uno lleva tanto tiempo viajando sólo como era mi caso, sin conocer
más que otros viajeros que temporalmente
se cruzan en tu camino para compartir unos pocos días de tu viaje, te das
cuenta de lo importante son las verdaderas amistades. Aquellas que se
construyen a base de años de compartir alegrías, tristezas, confidencias y
vivencias.
Por
eso quiero dedicar este pequeño posta a mi amigo Raúl que, a pesar de vivir en
la otra punta del mundo tu tiempo para organizar unos días de sus vacaciones
para coincidir juntos en un lugar maravilloso como es Kuta Lombok. Por eso y
por todo lo vivido juntos te doy las gracias y espero que nos volvamos a ver en
el siguiente viaje.
Siguiente
destino Sumatra: surf, orangutanes y excepcional buceo. Pero eso, como siempre,
será parte de mi siguiente post.
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