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miércoles, 18 de diciembre de 2013

El paraíso de las islas Togian

Tras un largo viaje en coche desde Tentena llegó el momento de disfrutar del paraíso de las islas Togian en la bahía de Teluk Tomini. Aunque llegar allí sería toda una odisea.



Eran las cinco de la mañana y ahí estábamos los cuatro Carlos, Susana, Oreli y yo cansados y somnolientos intentándonos recuperar del viaje en coche y dispuestos a coger el primer ferry que saliera para las islas Togian.
El puerto estaba desierto a excepción de un enorme barco amarrado en uno de sus muelles y un lugareño dormido en el suelo de una de las oficinas. Como el ferry no salía hasta las 10:00 a.m. según la guía decidimos buscar algún warung para poder desayunar y descansar hasta que llegara el momento de zarpar.





Por suerte a la salida del puerto había varias casas de lugareños que amablemente te invitaban a pasar y tomar un té. Nos acomodamos en la única que parecía hablar algo de inglés y le preguntamos por el ferry para las Togian. Con cara de circunstancia por su falta de inglés nos dijo, o eso creímos entenderla, que el ferry salía desde el puerto. Dedujimos que el ferry que habíamos visto amarrado en el puerto era el correcto y nos relajamos hasta el punto de quedarnos dormidos en el suelo de la casa. ¡Qué gran error!

Cuando nos quisimos dar cuenta eran ya las ocho y media de la mañana pero algo olía mal. Resulta que el puerto seguía vació y eso no era normal así que decidimos investigar a ver qué pasaba. Nos acercamos a unas oficinas del puerto y encontramos a un joven que este sí que hablaba inglés y nos explicó que desde ese muelle no salía ningún ferry a las Togian que teníamos que ir al muelle de Ampana. ¡Joder, joder, joder! Y lo peor no era eso, como ya se acercaba de salida del ferry, nuestro amigo muy amablemente llamó al puerto de Ampana y resulta que el Ferry ese día había zarpado antes de tiempo. ¡Mierda! Empezábamos bien la mañana. Y eso que creíamos haber aclarado con el conductor del coche que nos llevara al muelle de Ampana donde zarpaban los ferries para las Togian. Moraleja en Indonesia tienes que comprobar todo tres veces porque nadie la gente es muy maja pero no se enteran ni donde viven.

Sin pensarlo dos veces cargamos con nuestras mochilas y nos dirigimos a la carretera principal dispuestos a hacer autoestop hasta Ampana. Por suerte tras pocos minutos paró un petepete que iba en nuestra dirección y en pocos minutos llegamos al muelle de Ampana. Una vez allí nos acercamos a la oficina de turismo que hay detrás del edificio azul de la entrada al puerto. Y es ahí donde cometimos nuestro segundo error y empezó nuestra segunda odisea.

Nada más entrar nos encontramos con una señora muy amable que llamada Ulfa y que se pone el sobrenombre de Miss Harbour. CUIDADO CON ESTA PERSONA PORQUE ES UNA TIMADORA PROFESIONAL. Tiene a su favor que es la  única persona que sabe hablar bien inglés y con la que te puedes entender e informar de los horarios de los ferris. Porque, otra cosa que hay que tener muy clara si se quiere ir a las islas Togian es que los ferris sólo parten  los lunes, martes, miércoles y sábados. Además los horarios pueden cambiar así que es mejor aclarar una vez que se llega a Ampana cuál es la situación.

la timadora ulfa o miss harbur es la que está detrás mío

Después de miles de preguntas y varias dudas por los errores cometidos, planificamos nuestra ruta con Miss Harbur y alquilamos un bote particular para que nos llevara a los cuatro a Kadidiri en la isla de Pulau Togean donde pasaríamos unos días buceando y donde Carlos y Susana querían sacarse su curso de open water.



La travesía fue de casi cinco horas pero mereció mucho la pena, el paisaje entre las islas del archipiélago era espectacular, pequeñas playas de arena blanca surgían entre los recovecos de las islas cubiertas por selva. Vimos delfines, una maravillosa  puesta de sol y lo mejor de todo fue la enorme luna de color anaranjado que apareció tras una de las islas cuando ya estábamos cerca de Kadidiri. Fue algo increíble, una de esas fotografías que se te quedan grabadas en la memoria y a la que siempre volverás cuando quieras acordarte de ese lugar.





A las seis y media de la noche llegamos a Kadidiri y nos instalamos en Black Marlin Cottages ya que, de las tres opciones que hay en la isla, es la mejor y la única que tiene una escuela de buceo. El mejor sitio para que Susana y Carlos se sacaran su título de open water y yo pudiera bucear y demás Cati la amiga de Susana estaba allí también.


Al día siguiente cuando despertamos nos dimos cuenta del verdadero paraíso en el que habíamos tenido la suerte de aterrizar. En kadidiri no hay internet y la luz y el agua están restringidas a franjas horarias. Pero la tranquilidad y amabilidad de la gente hacen del sitio un lugar encantador. La pequeña playa, de arena blanca, sus palmeras, un agua cristalina azul turquesa…qué más puedo decir, todo te invita a sentarte, relajarte y disfrutar.





Dejé a Carlos y Susana con sus primeras lecciones teóricas sobre buceo y me fui con Cati a una excursión para ver el lago de medusas y hacer algo de buceo con tubo por las islas de alrededor. El baño en el lago de medusas estuvo interesante pero la verdad es que me esperaba algo más sorprendente. Es cierto que nadas entre medusas pero, si te has bañado en el Mediterráneo, su tamaño tampoco te impresiona tanto. Dicho esto el lago se encuentra en un paraje increíble.





El resto de la excursión fue mucho mejor, saltando de playa en playa y disfrutando buceando con tubo del maravilloso espectáculo que es el fondo marino en esta zona. Yo la verdad es que no tenía ninguna fe en las islas Togian pero después de esta excursión no podía esperar el momento de bucear en ellas.











Volvimos a comer al resort ya que cuando pagas el precio te incluye las tres comidas y la habitación y, mientras por la tarde Carlos y Susana seguían con su curso de buceo, Cati y yo nos fuimos de excursión a la isla de Pulau Katupat para ver un festival local de música y danza que se celebraba allí.


Katupat es un pequeño pueblo de pescadores en la isla de Pulau Togean a cuarenta y cinco minutos de kadidiri. Esa semana estaban de celebraciones y todo el pueblo se congregaba en el campo de fútbol donde habían montado tenderetes de artesanía y una gran carpa donde los recibían a los mandatarios de la zona y les dedicaban bailes tradicionales.



Luego en el muelle antes de irnos también pudimos ver una carrera de lanchas locales bastante interesante donde todas mis apuestas estaban en una decorada con los colores y escudos del Real Madrid pero, como sucede con el equipo de fútbol, hizo una carrera de pena de llegó de los últimos.



Volvimos a Black Merlin a tiempo de disfrutar de la puesta de sol y darnos una ducha ya que era la hora en la que habilitaban el agua. Después fuimos a cenar donde intercambiamos historietas con Carlos y Susana que los pobres estaban agotados del día intensivo de buceo que habían tenido.


Al día siguiente empezaba lo interesante mis primeras tres inmersiones. Empezamos temprano con el desayuno a las 7:30 de la mañana. Después revisar el equipo y a las 8:00 estábamos en el barco camino del primer enclave llamado “new reef”. En el bote conocí Sebastián, un alemán súper majete, que sería mi compañero de buceo en todas las inmersiones que hice en las Togian.

New Reef es un excelente lugar de buceo. Se trata de un arrecife de coral impresionante, yo que estaba más interesado en ver animales grandes iba con pocas expectativas sobre la inmersión pero he de decir que en el momento que nos sumergimos bajo el agua lo que vi me dejó boquiabierto. Un maravilloso jardín de coral con los especímenes de coral más grandes que he visto nunca. Algunos más grandes que los tres buceadores juntos y entre ellos cantidad de peces e incluso tuvimos la suerte de ver una manta águila. Fue una inmersión colosal.




Para la segunda inmersión nos desplazamos a un lugar llamado las Catacumbas. Si New Reef me había encanado lo que vi y sentí mientras buceaba entre las rocas, cuevas y corales de las catacumbas fue algo sublime. El enclave es algo sobrecogedor, se trata de una pared de coral de todos los colores posibles con una orografía increíble. La pared estaba llena de cuevas, montañas y pequeños huecos que esconden cantidad de peces de vivos colores. Mis ojos no daban crédito a lo que veían y mi cerebro no tenía tiempo para almacenar tanta información, fue una de las mejores inmersiones de las Togian sin ninguna duda.



Después de las catacumbas volvimos a black merlin a comer y allí me reuní con Cati, Susana y Carlos que me estuvieron contando entusiasmados su evolución con el curso y las ganas que tenían de hacer su primera inmersión esa misma tarde.


Por la tarde nos volvimos a reunir todos en la misma mesa para contarnos nuestras diferentes inmersiones y disfrutar de otra excelente cena a base de pescado fresco a la barbacoa, verduritas y arroz. La maravillosa puesta de sol fue la guinda que puso fin a un excelente día de buceo en el paraíso.




Al día siguiente tocaba bucear en una de los mejores lugares de las islas. Se trata de la isla Pulau Una-Una. Esta vez el día comenzaba más tarde porque teníamos que esperar a que la marea fuera la adecuada en la zona así que pude disfrutar de un desayuno relajado. Luego un repaso al equipo de buceo, cargar el bote y zarpamos dirección a Una Una.

En esta inmersión también venían otras dos parejas muy majas, una holandesa y otra canadiense. Los canadienses tenían una cámara subacuática y lo mejor de todo fue que, como ellos tenían que hacer unas prácticas por su curso de buceo, me dejaron la cámara a mí con lo que pude disfrutar de lo lindo de la mejor inmersión de las Togian.


La inmersión empezaba con una pequeña pendiente de arena que bajaba hasta los 25 metros y donde no había mucho que ver. Pero de repente y de la nada aparece un fondo rocoso cubierto de coral que continúa hasta una profundidad de 33 metros y donde la vida explota como una bomba. Nadando entre los corales pudimos ver peces tan grandes como emperadores, trivalis de cola azul, tortugas así como un banco enorme de barracudas. Fue algo increíble.




 




Tras la primera inmersión nos acercamos a una playa desierta de la isla y preparamos la comida.




Después de guardar el descanso necesario volvimos al barco para hacer nuestra segunda inmersión en una zona llamada el pináculo. Si bien esta no fue tan espectacular como la primera también fue increíble. Un pináculo  con una profundidad de unos 20 metros cubierto por coral y bañado por una corriente submarina que hacía que los grandes peces se acercaran a comer. Vimos de todo napoleones, sweetlipos, groupers, trivallys de cola azul y grandes bancos de peces fue una de esas inmersiones en las que te gustaría consumir mucho menos aire para poderte quedar horas y horas disfrutando del paisaje.





La inmersión duró una hora larga terminada la cual, regresamos al barco y pusimos rumbo a Kadidiri donde me esperaban Carlos y Susana para cenar y celebrar la graduación de ambos como nuevos buceadores. Cati ya no estaba con nosotros porque había decidido partir ese mismo día hacia Bali.




En nuestro último día en Kadidiri quisimos hacer algo especial. Como ya sólo quedábamos los tres mosqueteros y Susana y Carlos habían terminado con éxito su curso de buceo, de regalo de despedida de la isla decidimos hacer todos juntos la inmersión del bombardero.



Se trata de una inmersión profunda de unos 20-25 metros con lo que para Carlos y Susana suponía un nivel nuevo de dificultad ya que a los titulados con open water sólo les está permitido bajar hasta 18 metros. No obstante a pesar de sus miedos y nervios, la inmersión les serviría para acreditar una inmersión en profundidad y poder bajar a más de 18 metros en futuras inmersiones.



Ya en el barco el ambiente era increíble, a los dos buceadores iniciales que éramos Sebastián y yo se habían unido la pareja holandés, los canadienses con su cámara de fotos y como últimos fichajes Susana y Carlos.





Navegamos durante algo más de cuarenta minutos disfrutando del paisaje de las islas y los pueblecitos pesqueros hasta que por fin llegamos al lugar indicado. Una vez allí revisión de equipo y al agua en dos grupos. Primero la pareja de holandeses, Sebastián y yo y después de unos minutos bajarían la pareja canadiense, Susana y Carlos.





La inmersión fue una pasada, el bombardero americano era de la segunda guerra mundial y, al estar construido en aluminio, estaba prácticamente intacto. Se podían apreciar los detalles de las ruedas, el timón, las alas e incluso el motor que falló y por el cual tuvieron que hacer el amerizaje.







Aunque en los alrededores del pecio no había mucha vida, se podían encontrar peces león, anémonas con peces payaso y algunas gambas de concha blanda.






Disfrutamos de la inmersión como niños haciéndonos fotos unos a otros entre el fuselaje del avión hasta que consumimos la hora de inmersión y subimos a la superficie para regresar al resort a comer.






Llegamos a media mañana al black marlín y enseguida tocaba ducharse y recoger las mochilas porque teníamos que coger el ferry que nos llevaría a Wakai. Una vez allí nos tocó esperar hasta las cuatro de la tarde que pudimos montar en el ferry que iba hasta Malenge.

La travesía duró sus ocho horas largas y llegamos a Malenge sobre las doce o una de la madrugada. Al desembarcar en el muelle nos quedarnos boquiabiertos el pueblo de Malenge y deseamos con todas nuestras fuerzas estar equivocados y no tener que quedarnos ahí. El pueblo estaba sucio, no tenían nada de encanto y no se parecía en nada al resort paradisiaco que se suponía había en la isla.


Preguntamos en un par de guest houses y conseguimos un bote que nos llevaría hasta Lestary cottages que era donde nos queríamos quedar. Por fin después de ocho horas de ferry y unos treinta minutos de canoa en plena oscuridad llegamos a nuestro destino. El lugar era encantador con pequeños bungalows rodeando un jardín y una playa privada de arena blanca con un pequeño muelle. Un sitio ideal para pasar los últimos dos días de vacaciones para Susana y Carlos, o eso pensaron ellos porque lo que todavía no sabían es que en Malenge comenzaría nuestra pesadilla por el gran timo de la famosa Miss Harbur. Pero eso será parte de mi próximo post.

1 comentario:

  1. Hola Arturo! Estoy leyendo tu blog y me estoy enganchando :) te cuento: estamos en Flores, Indonesia, y en reve vamos para Sulawesi. El tema es que hemos leído que las Togian NO son el paraíso que se espera y además son caras...lo cual nos ha dejado chafadas. Para gustos colores, lo sabemos, pero lo del dinero...me puedas dar una cifra aproximada de lo que cuesta el alojamiento allí? Por lo demás, ya veo cual es tu opinión ;)
    un saludote!

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