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jueves, 15 de agosto de 2013

Os presento a Rosa mi nueva compañera de viaje

Después de muchos intentos fallidos, mails cruzados y whatssap enviados por fin el día seis de agosto llegó Rosa a Bangkok para recorrer juntos el norte de Tailandia y Laos. Lo curioso de este encuentro es que ella y yo no nos conocíamos en persona.


Rosa y yo habíamos coincidido en un foro de viajeros por el mundo y, aunque habíamos hablado varias veces para encontrarnos en alguna etapa de mi viaje, las circunstancias de uno u otro habían hecho que cada vez que íbamos a conocernos tuviéramos que posponer nuestro encuentro.



Así pues el día seis a media mañana fui a Rosa al aeropuerto internacional de Suvarnabhumi. Apareció por la puerta de salida con otras dos españolas que viajaban en su mismo vuelo, Ana y May que curiosamente también se habían conocido en ese viaje a través de otro foro de viajeros. Después unos primeros momentos de presentación nerviosa la verdad es que Rosa me cayó genial y sus nuevas amigas también eran muy majas es más, después de la primera toma de contacto y contarnos lo curioso de nuestros viajes, decidimos quedar los cuatro esa misma noche en kaosan Rd. para cenar y tomarnos unas cañas.

A la hora de cenar Rosa y yo nos acercamos a Kaosan Rd. para encontrarnos con Ana, May y amiga suya que también habían conocido en el foro viajero y que llevaba ya un mes viajando por Asia. Los cinco pasamos una noche estupenda paseando por Kaosan Rd. comiendo pad thai y bebiendo cervecitas hasta que el cuerpo de Rosa no pudo más y llegó la hora de descansar después de un viaje 24 horas.







Al día siguiente nos levantamos tranquilamente y después de desayunar fuimos a la estación de autobuses de Moh Chit para comprar nuestro billete de autobús a Sukhothai. Con el billete en el bolsillo fuimos a dar una vuelta por Bangkok hasta la hora de comer que nos sentamos en el parque Lumbini. Un pequeño oasis verde dentro de la ciudad de cemento donde los tailandeses van a refugiarse del calor de la ciudad a la sombra de sus árboles. La verdad es que lo pasé estupendamente conociendo a mi nueva compañera de viaje.






Por la tarde decidimos acercarnos al Baiyoke sky Hotel para disfrutar de las mejores vistas de Bangkok mientras cenábamos un buffet. El hotel está situado al norte de la ciudad muy cerca de la primera parada del tren que lleva al aeropuerto. El restaurante está situado en la planta 88 del hotel y es espectacular, desde allí se puede ver todo Bangkok y, si me apuras, creo que llegué a ver hasta mi casa en Madrid. Además la comida no estaba nada mal, por 15€ podías comer todo lo que quisieras en un buffe de todo tipo de comida hasta las diez y media de la noche que cerraban. Así que imaginaros como me puse y no creáis que Rosa se quedó atrás que, aunque la veáis delgadita, come como una lima. Los camareros no sabían si felicitarnos o hacer un vídeo y colgarlo en youtube. Es más nos tuvieron que pedir amablemente que nos fuéramos porque eran las once y todavía seguíamos engullendo comida.




 Con los estómagos llenos cual boas caminamos hasta el skytrain y regresamos al apartamento para descansar y recargar las pilas antes para nuestro largo viaje del día siguiente a Sukhothai. Pero eso ya será parte de mi próximo post.

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