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miércoles, 3 de julio de 2013

Mawlamyine una decadencia con encanto

El día 29 me levanté temprano y a las seis cogí el autobús número 49 hasta la estación de autobuses de larga distancia de Yangón donde cogería el servicio que me llevaría hasta la ciudad de Mawlamyine.



Nada más montarme en el autobús me puse a hablar con mi compañero de asiento un encantador chaval de 25 años llamado Mr. Swan (señor cisne) resultó que volvía de pasar unos días en Mandalay donde su hermana tenía un restaurante e iba a Mawlamyine donde él también tenía otro. El tipo hablaba un inglés algo básico pero nos entendíamos y resultó ser de las personas más encantadoras que conozco, me invitó a comer en la parada que hacía el autobús durante el camino e incluso hizo las gestiones para preguntar por un hotel barato en la ciudad.

Tras seis horas de viaje llegamos a la parada de autobuses de Mawlamyine que está a las afueras de la ciudad. Nada más salir del autobús me asaltaron los moto-taxis ofreciéndose para llevarme a los hoteles en el centro. Por suerte mi nuevo amigo Mr. Swan me dijo que no me preocupara, que esperara a que llegara su cuñado y que me llevarían hasta el hotel. Resultó que el hotel era el mismo al que ya tenía yo echado el ojo Breeze Guest House una casa colonial a las orillas del río. Las habitaciones son cajas de zapatos pero la verdad es que la ubicación y la terraza con vistas al paseo están muy bien.



Mawlamyine fue la capital de Birmania británica desde 1827 hasta 1852, periodo durante el que se desarrolló como puerto clave para el transporte de la teca. No obstante hoy en día Yangón ha tomado ese roll y la ciudad ha quedado sumida en una especie de letargo. La tranquilidad de sus calles, la mezcla de los edificios coloniales decadentes con arquitectura más moderna y el paseo a las orillas del río le dan a la ciudad un cierto encanto. Fue una lástima que las lluvias no me dejaran disfrutar del lugar todo lo que hubiera querido. 




Una vez que ya estaba alojado y dejó de llover decidí pagar a mi nuevo amigo toda su amabilidad cenando en su restaurante. Así que cogí un moto-taxi y me acerqué hasta su restaurante. Cuando llegué ya tenía preparada mi cena. Gambones estilo Myanmar, Cangrejo estilo Myanmar, arroz, sopa china y verduras picantes estilo tailandés. No os podéis imaginar lo rico que cené esa noche. Todo estaba increíblemente delicioso, bueno todo excepto la sopa china que estaba hecha con vísceras y tocino de cerdo y era un poquito difícil de tragar. El caso es que pasé una velada encantadora charlando con Mr. Swan y practicando mi birmano con su hermana y cuñado. Cuando terminé la cena pregunté por la cuenta y por su puesto me dijo que estaba invitado. Por más que quise insistir en pagar le resultaba obsceno aceptar mi dinero y me dijo que estaba encantado de invitarme. Así que lo mínimo que puedo hacer es incluir sus datos en mi blog para que vayáis a visitar su restaurante en Mawlamyine y os aconsejo las gambas o el cangrejo estilo Myanmar. Restaurante Mr Swan Mayangon baho Street mawlamine tel.0095943995337.




De regreso a la Guest House me encontré con Emili y su novia, una pareja de Barcelona que están viajando también por Myanmar y que casualmente hacen el mismo recorrido que yo pero con un día de antelación. Como ellos viajan en pareja y están de vacaciones hicieron un pequeño tour donde pudieron visitar los monumentos más interesantes, pero como a mí no me daba el presupuesto para algo así me dieron un par de pistas donde podía ir. Uno era la pequeña ciudad de Kyaikkami donde se haya el templo de Yele Paya un complejo de santuarios bdistas deque se alza sobre el mar y otro el enorme buda de Win Sein Taw Ya de unos 170 metros de longitud.

Al día siguiente después de preguntar en la Guest House como podía ir y ver que podía ambos monumentos estaban de camino uno del otro decidí ponerme en marcha para llegar lo antes posible hasta el Yele Paya.




El viaje os podéis imaginar lo divertido que fue, entre gallinas, sacos de arroz monjes, monjas y lugareños preguntándome por mis ojos. Después de 4h llegamos a nuestro destino y junto con mis dos amigas monjitas me acerqué a ver el templo que la verdad era impresionante. 












Una vez visitado el templo y mientras esperaba a que saliera mi autobús de regreso me dediqué a pasear por la pequeña aldea y a jugar al futbol con los lugareños que les encanta la selección española.






Cuando llegaron las dos de la tarde volví a montarme en el autobús esta vez con dirección al buda gigante el Win Sein Taw Ya. Llegué al cruce de la carretera después de 5 eternas horas de viaje en un autobús muchísimo más cargado de gente que el que había tenido en la mañana y tras ver las diferentes opciones decidí que la mejor forma de hacer el último tramo era en burro.




Todo el camino está plagado de estatuas de monjes y de diferentes estupas de todos los tipos y colores pero lo más impresionante sin duda alguna es el buda. Una burrada de estatua de más de 170 metros de longitud que no deja ver su final. Y lo más gracioso de todo es que a sus pies han construido ¡unos toboganes acuáticos!








Ya cansado de un día agotador decidí volverme a la guest house y descansar porque al día siguiente tenía que levantarme temprano para seguir mi camino hacia la roca dorada ya que mis planes de ver Hpa-an quedaron frustrados por la lluvia. Pero bueno la roca dorada es uno de los lugares sagrados de peregrinación de Myanmar y seguro que será toda una experiencia. Pero eso será parte de mi próximo post.

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