Después
de muchos intentos fallidos, mails cruzados y whatssap enviados por fin el día
seis de agosto llegó Rosa a Bangkok para recorrer juntos el norte de Tailandia
y Laos. Lo curioso de este encuentro es que ella y yo no nos conocíamos en
persona.
Rosa y yo habíamos coincidido en un foro de viajeros por el mundo y, aunque habíamos hablado varias veces para encontrarnos en alguna etapa de mi viaje, las circunstancias de uno u otro habían hecho que cada vez que íbamos a conocernos tuviéramos que posponer nuestro encuentro.
Así
pues el día seis a media mañana fui a Rosa al aeropuerto internacional de Suvarnabhumi.
Apareció por la puerta de salida con otras dos españolas que viajaban en su
mismo vuelo, Ana y May que curiosamente también se habían conocido en ese viaje
a través de otro foro de viajeros. Después unos primeros momentos de
presentación nerviosa la verdad es que Rosa me cayó genial y sus nuevas amigas
también eran muy majas es más, después de la primera toma de contacto y contarnos
lo curioso de nuestros viajes, decidimos quedar los cuatro esa misma noche en
kaosan Rd. para cenar y tomarnos unas cañas.
A la
hora de cenar Rosa y yo nos acercamos a Kaosan Rd. para encontrarnos con Ana,
May y amiga suya que también habían conocido en el foro viajero y que llevaba
ya un mes viajando por Asia. Los cinco pasamos una noche estupenda paseando por
Kaosan Rd. comiendo pad thai y bebiendo cervecitas hasta que el cuerpo de Rosa
no pudo más y llegó la hora de descansar después de un viaje 24 horas.
Al
día siguiente nos levantamos tranquilamente y después de desayunar fuimos a la
estación de autobuses de Moh Chit para comprar nuestro billete de
autobús a Sukhothai. Con el billete en el bolsillo fuimos a dar una vuelta por
Bangkok hasta la hora de comer que nos sentamos en el parque Lumbini. Un
pequeño oasis verde dentro de la ciudad de cemento donde los tailandeses van a refugiarse del calor de la ciudad a la sombra de sus árboles. La verdad es que lo pasé
estupendamente conociendo a mi nueva compañera de viaje.
Por
la tarde decidimos acercarnos al Baiyoke sky Hotel para disfrutar de las
mejores vistas de Bangkok mientras cenábamos un buffet. El hotel está situado
al norte de la ciudad muy cerca de la primera parada del tren que lleva al
aeropuerto. El restaurante está situado en la planta 88 del hotel y es
espectacular, desde allí se puede ver todo Bangkok y, si me apuras, creo que
llegué a ver hasta mi casa en Madrid. Además la comida no estaba nada mal, por
15€ podías comer todo lo que quisieras en un buffe de todo tipo de comida hasta las diez y
media de la noche que cerraban. Así que imaginaros como me puse y no creáis que
Rosa se quedó atrás que, aunque la veáis delgadita, come como una lima. Los
camareros no sabían si felicitarnos o hacer un vídeo y colgarlo en youtube. Es
más nos tuvieron que pedir amablemente que nos fuéramos porque eran las once y
todavía seguíamos engullendo comida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario