Todo el mundo con quien
hablaba me decía que el Nido era un sitio demasiado turístico, sin demasiado
encanto y bastante más caro pero a mí tanto relax en Port Barton me estaba
poniendo nervioso y además tenía la suerte de haber encontrado compañera de
viaje para compartir gastos, Anne una alemana que lleva dos años recorriendo el
sudeste asiático. Así que el sábado 20 me puse en marcha para comprobar que
tanto de verdad había en esos comentarios.
Lo primero fue coger el
yeepene pronto en la mañana a las 8:00 hora filipina hasta Roxas y desde ahí un
autobús que te lleva directamente a el Nido parando eso si en los diferentes
pueblos que hay por el camino para recoger a todos los viajantes e incluso en
la lonja local cargar la pesca del día.
Finalmente después de 5h de
camino llegamos a la terminal de El Nido y lo primero fue buscar alojamiento.
Desde la terminal hasta el pueblo tienes que andar unos quince minutos y antes
de cruzar el arco de entrada en el cruce encontramos la guest house. Una
habitación enorme con 2 camas (adivinar quién durmió en la pequeña) y baño
incluido por 600p. Así que por lo menos el alojamiento no era tan caro como
decían.
El nido como lugar de playa
no tiene mucho que ofrecer. Su playa es pequeña pero desde luego la prefiero a
la de Panglao. Está mucho menos saturada. Y el pueblecito en sí tiene su
encanto. Es cierto que es bastante más turístico y bullicioso que Port Barton
pero la verdad es que tiene su encanto y además puedes encontrar todo lo que
necesitas menos un ATM.
Como ya era media tarde y no
había tiempo para mucho más decidimos visitar la playa de las cabañas a unos
veinte minutos andando que nos habían comentado que era una pasada. Nada más
pisar la arena me di cuenta de que no se equivocaban. Menudo espectáculo. Una
bahía de cuarenta y nueve islas de piedra caliza rodeadas de un mar de agua
azul turquesa. No estaba nada mal para una primera toma de contacto.
Nos
quedamos hasta el anochecer y después fuimos a tomar algo a los bares de la
playa de El Nido. Allí nos encontramos con Ganhes y su mujer sochi que habían
cogido el bote desde Port Barton el día anterior así que nos pusimos al día y comentamos
las mejores jugadas.
Al día siguiente nos
acercamos de nuevo a la playa de El Nido tocaba hacer uno de los cuatro tours
por la bahía que ofrecen A,B,C o D. Estos tours ofrecen la posibilidad de pasar
un día entero recorriendo las islas de la bahía con la comida incluida y la
posibilidad de hacer snorkling. Por los comentarios de la gente nos decidimos
por el C y no nos arrepentimos. Recorrimos lugares encantadores de aguas
cristalinas llenas de corales y peces.
La comida fue fantástica
barbacoa de pescado fresco, calamares y cerdo más ensaladita y arroz. Nos
pusimos las botas.
La experiencia nos gustó
tanto que al día siguiente decidimos repetir pero esta vez con el tour A que,
aunque fue menos espectacular que el de su predecesor del día anterior, también
nos sorprendió con lugares mágicos como la laguna escondida, o la gran laguna.
De la comida ya ni hablamos. Si la del día anterior fue buena esta vez fue
incluso mejor.
Por la tarde ya sólo quedaba
darme un último paseo por El Nido, tomarme un verdadero café expresso en el
Café centro y prepararme porque para mi gran viaje a Borneo. Pero eso será otro
post.
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