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martes, 29 de octubre de 2013

Kuta bali y un cambio de planes inesperado

El primer día de octubre me levanté temprano para coger el barco público que salía a las 8.30am de Nusa Lembogan hacia Sanur en Bali.


Como la primera vez el trayecto fue tranquilo y al cabo de una hora ya estaba en la playa de Sanur. Tras esquivar a los vendedores de taxis, me dirigí por la calle del puerto hasta la carretera de circunvalación que se dirige hasta Kuta. Una vez allí a mano derecha encontré la parada de autobús público que me llevaría por 3,000 IDR. hasta Kuta Bali.



La idea de quedarme en Kuta Bali no es que me sedujera mucho pero Juanma me comentó que el templo de Tanah Lot y sobretodo la zona de Ulu Watu en el sur de Bali eran dos lugares interesantes que visitar. Así que mis planes eran quedarme una noche en Kuta, alquilar una moto para visitar el templo de Tanah Lot y luego viajar con la moto hacia la península de Bukit para ver toda la zona de costa hasta el templo de Pura Luhur Ulu watu.

Con esta idea en la cabeza llegué a kuta, la zona más turística de Bali. Una vez allí pude comprobar que efectivamente la fama de paraíso turístico para Australianos surferos y borrachos era totalmente cierta. Caminé entre las tiendas de bañadores, agencias de viajes, bares y me dirigí a la zona mochilera que se encuentra entre las calles de popis I y popis II. Una vez allí conseguí, en una de las bocacalles de popis II, un alojamiento barato, tranquilo y con la posibilidad de utilizar la cocina cosa que siempre es de agradecer.


Tras dejar la mochila volví otra vez a la calle principal para acercarme a la playa y ver si podía comer algo. La playa de kuta se encuentra detrás de un muro al final de la calle popis II. Se trata de una bonita y grande playa bahía de arena blanca con un agua clara y grandes olas rompiendo a pocos metros de la costa. El ambiente es totalmente surfero y por todas partes hay sitios donde alquilar tablas, comprar cerveza o lugareñas ofreciéndote masajes.



Pasé la mañana paseando por la playa y después de comer volví al hotel para alquilar una moto y acercarme al templo de Tanah Lot y ver el anochecer que se suponía era uno de los mejores de Bali. Como ya sucedió en Ubud, el viaje en moto hasta Tanah Lot fue de lo más entretenido intentando esquivar a las miles de motos y coches que circulaban sin ningún tipo de orden por las carreteras de Bali. Una vez allí lo primero con lo que me topé fue un mercadillo de suvenires con dependientes ávidos por vender su mercancía, restaurantes  ofreciéndote cenas con las mejores vistas al atardecer e incluso una tienda de Polo Hilfiger.

Caminé entre los diferentes puestos y llegué a la playa donde se encontraba el templo y, junto a él, miles de turistas merodeando cargados con sus cámaras de fotos. La estampa la verdad es que me defraudó bastante, me habían comentado que Tana Lot era bastante turístico pero la verdad es que no imaginaba que lo fuera tanto. No obstante me armé de paciencia y merodeé por la zona intentando buscar alguna foto que mereciera la pena y no tuviera ningún turista en el encuadre. Lo curioso de la situación era que, mientras yo intentaba eludir a los miles de turistas y me sentaba en una roca para contemplar el anochecer, los lugareños me paraban de tanto en cuando para hacerse una foto conmigo. Sobre las cinco de la tarde el sol se posó por el horizonte no más espectacular que en otras zonas de la isla y yo volví a montarme en la moto para volver a Kuta.





Ya en mi guest house me preparé una deliciosa ensalada campera con los ingredientes que había comprado en un mercado local y me senté tranquilamente a comprobar en mi teléfono los mensajes de wassap que había recibido. Entre ellos recibí un mensaje de Juanma diciéndome que se había reunido en las Gili con Susana y Raquel y que lo estaban pasando genial. Por otro lado Raquel y Susana me escribían diciendo que la noche anterior habían estado de fiesta con su amiga Cati, Pepe y Juanma y que se había armado una buena. Así que todos insistían en que dejara de perder el tiempo en Kuta y que me fuera a las Gili con ellos porque además estaban preparando la subida al Rigiani.

Así que viendo el tipo de turismo que había por Kuta y tentado por la idea de volver a reunirme con un grupillo de gente tan maja y poder Subir el volcán Rigiani juntos, al día siguiente compre un billete combinado minivan más ferry en una agencia de viajes para ir a Gili air. Normalmente el billete cuesta 200.000 IDR en ferry lento y sale a las 8.00am pero como yo lo compré el mismo día y más tarde tuve que comprar un billete con ferry rápido que me costó después de regatear 350.000IDR. Salí a las 10 am en un minivan que me llevó hasta el puerto de Padangbai donde tendría que coger un ferry rápido para legar a Gili air



Las islas Gili son tres islas con playas paradisiacas y aguas de azul turquesa situadas enfrente de Lombok. De ellas, Gili Trawangan es la más grande y cercana a Bali y quizás por eso es la más turística y masificada, Gili Meno está situada entre las dos islas y es la más tranquila ideal para excursiones y snorquel. Por último Gili air es la más cercana a Lombok y tiene un equilibrio perfecto de tranquilidad y oferta de alojamiento.



Sobre las tres de la tarde el ferry llegó a Gili air tras hacer una pequeña parada en Gili Trawangan para dejar a aquellos pasajeros que se alojaban en esta isla. Durante el camino conocí a una pareja de madrileños súper majetes, Blanca y Javier, que acababan de terminar la carrera y estaban viajando por todo el sudeste asiático. Con ellos y otra pareja española que se presentó  al desembarcar fuimos a buscar alojamiento. Yo me quedé en los bungalows donde estaban alojados el resto del grupo para esperarles a ver si me podía quedar con ellos mientras que el resto de los españoles encontraron unas habitaciones muy baratas por 100.000IDR. en unos bungalows cercanos.






Sobre las cuatro de la tare aparecieron Susana, Raquel, Pepe, Cati y Juanma que venían de pasar todo el día haciendo snorquel y visitar Gili Memo y, como nosotros estábamos hambrientos, nos acompañaron a un restaurante donde pudimos disfrutar de una excelente comida y mejor puesta de sol.









Por la tarde, después de solucionar el tema de las habitaciones y poder quedarme en el mismo bungalow que los demás, nos reunimos todos para tomar unas cervezas, contarnos las últimas novedades y planear nuestra excursión juntos al volcán Rigiani. Pero eso será parte de mi siguiente post.

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