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lunes, 10 de junio de 2013

Kuchin una ciudad encantadora, grandes parques naturales y cantidad de nuevos amigos

El primer día de junio Nicolas yo nos levantamos temprano para desayunar antes de ponernos a hacer autoestop con una nueva compañera de viaje que se nos acopló desde el parque nacional de Mulu y que no nos pudimos quitar hasta que llegamos a Kuchin. Su nombre era Cat y aparte de ponernos la cabeza como un bombo y ser increíblemente insoportable no tenía ninguna cualidad más.



El plan era llegar primero hasta kuchín parando en Sibu para pasar la noche y continuar al día siguiente en ferry. El viaje en autoestop no se nos dio pero que nada mal, en sólo 6 coches y 6h conseguimos llegar a Sibu además conocimos a gente encantadora. El primer conductor incluso nos invitó a una bebida en un bar y nos estuvo explicando las costumbres de la gente local y cómo era la vida en las “long houses” locales. Después un grupo de chicas en una furgoneta que nos habían visto en la calzada y habían pasado de largo se dieron la vuelta para recogernos y llevarnos. Incluso hubo un hombre que nos dijo que sólo podría llevarnos 2km y terminó llevándonos 20 hasta casi el final del trayecto.





Cuando llegamos a Sibu nos instalamos los 3 en una habitación doble cerca del embarcadero para poder despertarnos temprano al día siguiente y comprar los billetes a Kuchin. Por aquel entonces ya Cat nos había sacado de nuestras casillas unas cuantas veces, más a mí que a Nicolás, y los dos procurábamos evitarla todo lo que podíamos.


como podéis comprobar algo raro tenía

Sibu no tiene nada especial, es más un sitio de paso para coger el ferry hasta Kuchín o Kapit que otra cosa. La ciudad está bastante desvencijada y, a parte de algún que otro templo y buen pescado no tiene nada que ver y es mejor salir de ahí lo antes posible.



Al día siguiente nos acercamos a las taquillas del puerto para descubrir que todos los billetes se habían vendido y que no podíamos ir a Kuchin en ferry. Como no queríamos quedarnos en Sibu buscamos un plan b. Por suerte la última familia que nos había recogido en la carretera y traído hasta Sibu resulta que también iban hasta Kuchin con lo que se nos iluminó la bombilla y decidimos llamarles para ver si nos podían llevar en la parte de atrás de su furgoneta y, como la gente aquí es increíblemente maja, estuvieron encantados de llevarnos hasta Kuchin. 



Ni que decir tiene que, después de 8h y 400km con Cat en la parte de atrás de una furgoneta, cuando llegamos a nuestro destino yo ya no sabía si cortarme las venas o dejármelas largas. La tensión llegó hasta tal punto que tras la primera noche en Kuchin decidimos decirle a Cat que nosotros nos cambiábamos de guest house y que preferíamos seguir nuestro viaje solos, cosa que no le hizo mucha gracia.

Liberados por fin de nuestra pequeña carga, descubrimos que Kuchin es una ciudad increíble. El paseo a lo largo del río con vistas al fuerte y las pequeñas calles con templos chinos y un montón de pequeños restaurantes de comida china hacen de Kuchin un sitio con muchísimo encanto. Además tuvimos la suerte de instalarnos en una guest house super cómoda donde nos encontramos con Carina, la chica austriaca con la que estuve viajando en Sandakan. Gracias a ella conocimos a Dunkan, un chico australiano muy majete que lleva viajando unos 4 meses por la zona, a Lauren, chica americana profesora de español y a su amigo malayo Jack, un chico majísimo que nos ha estado enseñando todos los rincones de la ciudad y ofreciendo su ayuda para cualquier cosa.



Así que como habíamos hecho buenas migas decidimos ir todos juntos al parque natural de Baku que está a unos 20km de la ciudad para pasar un par de días. Ya solamente con el viaje en barca hasta el parque la entrada estaba pagada. Fue una pasada ir navegando entre los manglares y viendo las montañas cubiertas de selva mientras de vez en cuando aparecía alguna cala entre las rocas.



El parque natural es una pasada, enseguida puedes ver jabalíes barbudos y macacos de cola larga correteando entre las cabañas del parque intentando quitarte la comida. Lo mejor es que no necesitas guía para hacer las excursiones, así que en cuanto dejamos nuestras mochilas en las habitaciones nos pusimos en marcha para llegar a la que llaman la playa escondida. Una cala increíble situada debajo de un acantilado que nos dejó a todos con la boca abierta. Lo malo era que no podías bañarte porque el agua estaba más caliente que la del mar menor y con el mismo número de medusas.






Exprimimos nuestros días en Baku hasta la última gota haciendo todo tipo de caminatas durante el día y durante la noche para ver todo tipo de animales e insectos. La verdad es que fue una pasada.









Ya de vuelta a Kuchin después de nuestros dos días en el parque, Jack nos llevó a cenar a un restaurante para comer pescado y marisco típicos de la zona y conocer a sus amigos. Fue una velada estupenda sus amigos son una gente estupenda, la comida estaba deliciosa y las copas de después estuvieron muy divertidas. Ni que decir tiene que la banda sonora la puse yo con mi flamenquito guapo.




El resto de días en Kuchin han sido muy relajados, todo lo más mi mi nuevo cambio de look. y la excursión que hicimos Nicolás y yo al parque nacional de nungung gadin para ver la flor más grande del mundo en una de las excursiones más rápidas de la historia ya que perdimos el primer autobús que iba al parque y para cuando llegamos allí casi nos teníamos que volver, con lo que tuvimos que hacer una visita al estilo japonés. Llegar, ver, fotografiar e irnos. Por lo menos me dio tiempo a darme un chapuzón en la cascada cercana.


la reflexia tarda sólo florece durante 7 días lástima que la pilláramos en sus últimos días



A la hora de comer mi tortilla de patata una vez más se hizo la reina de la mesa mientras que por la noche quedábamos con Jack y sus amigos para cenar o tomar algo.




Pero como todo lo bueno se acaba, mañana tengo vuelo a Singapur donde me quedaré un par de días antes de cruzar a Kuala Lumpur y viajar por la península de malasia. Pero eso será tema para otro post.


2 comentarios:

  1. Hola, amigo.

    Por aquí te echamos de menos, pero no parece que estés nada mal.

    "Eso sí, hijo, come que te estás quedando en los huesos. ¿Acaso esos chinitos no te tratan bien?"

    No dejes de actualizar el blog y ve abriendo hueco, porque en 2 ó 3 meses "toos nos vamos pallá", ya que para entocnes España se ha ido a la mierda entre pobreza y corrupción.

    Te quiero.

    Un abrazo.

    Javier.

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    Respuestas
    1. Que tal campeón,
      gracias por escribir por aquí también me acuerdo mucho de vosotros, pero también es cierto que estoy viendo muchas cosas chulísimas. Hoy estoy en Singapur, ya escribiré el post aunque sin cámara de fotos ni móvil ya no tengo complemento visual para mis palabras :(
      A ver si es cierto que os podéis venir a verme dentro de unos meses pero no porque españa se vaya a la mierda sino porque os dan vacaciones en el curro. Me encantaría veros por aquí
      Un beso para toda la familia

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