El sábado 27 cogí el autobús
nocturno desde Kota Kinabalu hasta Seporna. 8h en un congelador con ruedas que
zigzagueaba entre las curvas adelantando a todo coche que se ponía por delante.
Por suerte el autobús estaba casi vacío y pude tumbarme y estirar las piernas
para dormir y descansar.
Llegué a las cinco de la
mañana a la parada de autobuses de seporna que, como el resto de paradas de
autobuses de este viaje, no era más que una plaza cerca de un mercado local y
unos bancos. Me senté durante un rato hasta que amaneció momento en el cual,
haciendo caso omiso a los taxistas de turno, me acerqué hasta la zona del
muelle donde se encuentran todas las escuelas de buceo y guest houses. Durante
el pequeño paseo de cinco minutos andando pude darme cuenta que la Lonely
Planet tenía toda la razón. Seporna es un sucio agujero por el que uno tiene
que pasar para poder bucear pero que no invita para nada a quedarse más de lo
necesario. Las calles están sucias y las barriadas construidas sobre pilotes
encima del mar tiran la basura no es que tengan el diploma de Green Peace por
conservación del medio ambiente.
Pero aunque la primera
impresión no fue nada buena, eso no iba a tirar por tierra mi viaje. Después de
mirar en varias escuelas de buceo me decidí por Scuba Jonkies que, aunque no
era la más barata, tampoco la más cara, sí que me pareció la más profesional y
además los dormitorios eran los primeros en abrir con lo que me registré y me
metí en la cama a descansar.
Cuando me levanté de mi
pequeña siesta matutina me decidí a darle una segunda oportunidad a la ciudad y
darme una vuelta por sus calles. Como era domingo la calle principal estaba
cubierta por tenderetes con todo tipo de artículos a la venta que la gente
investigaba para ver si compraba o no. No me llevó mucho tiempo recorrer el
mercadillo ni tampoco las calles de los alrededores que, por más que quise, no
pudieron cambiar mi primera impresión del lugar así que me volví a mi guest
house a dejar pasar la tarde hasta que llegara el día siguiente y pudiera
bucear allí conocí a Hisae, una japonesa muy maja que viaja por el mundo con el
sueño de establecer su propio negocio de café en Estados Unidos, con ella me
quedé conversando sobre viajes, cafés y maneras de arreglar el mundo hasta que
el reloj nos dijo que ya era hora de dormir.
El lunes me desperté
temprano ya que tenía que acercarme a la tienda para probarme el equipo antes
de salir a bucear, las expectativas estaban bien altas ya que todo lo que había
leído acerca del archipiélago de seporna era increíble y más concretamente
Sipadam. Sin embargo cuando llegué a la tienda me di cuenta que bucear en
Sipadam no iba a ser nada fácil. Para empezar los permisos están contados y
había que haber reservado con un mes de antelación con lo que no habían plazas
disponibles eso sin contar que bucear allí cuesta 200€ así que al final me
decidí por un paquete de 2 días y 6 inmersiones en la isla de Mabul, Kapalay y
Sibuan.
Las inmersiones han sido
excelentes con algunas cosas dignas de mencionar como una tortuga de casi dos
metros o un mero más grande que yo y juro que aquí no estoy exagerando. Pero no
he podido ver tiburones ni mantas. En el otro lado de la balanza he de decir
que las islas del archipiélago me han decepcionado muchísimo. Acostumbrado a
las paradisiacas playas de Filipinas, creía que Mabul o Sibuan iban a ser igual
pero nada más alejado de la realidad. El problema aquí es la cantidad de basura
que los pueblos de las casas flotantes y resorts tiran directamente al mar. No
hay un sistema de basuras y reciclaje y aquí todo va a parar al mar. Es una
verdadera pena.
Y por la noche un poquito de musiquita en directo por cortesía de los instructores de buceo que también tocan en una banda.
Así que después de dos días
de buceo estaba dispuesto a marcharme en dirección al parque nacional del río
Kinabatanga pero ayer coincidí con Ferdinanz y Alex en la guest house, dos
chicos que había conocido en Kota Kinabalu y que me comentaron que iban a venir
a Mabul para pasar unos días relajados así que me he acoplado a ellos para ver
si le doy otra segunda oportunidad también a Mabul. Os contaré el resultado en
el siguiente post
Arturooo!!! que dius nanuuu??!!
ResponderEliminarQue bien te lo montas, eh? la verdad es que mala cara no haces. Menos kilos i mas pelo (en la barba, jejeje) Vemos que te estan enganchando las playas i finalmente has podido hacer buceo, eh?
A nosotros ya nos queda poquito y, aunque la tierra tira mucho, estamos cagados por la vuelta.
Vale niño! Un saludo desde Nepal y sigue disfrutando del camino.
Andreu & Silvia
Hombre chavalotes que tal por Nepal....menudas foticos de katmandú que tenéis, vaya pasada de lugar verdad?
EliminarNo os preocupéis por la vuelta, seguramente cuando volváis ya no tendremos ni país ;)